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El Divorcio Amigable

El procedimiento para un divorcio es, en muchos aspectos, igual que cualquier otro pleito civil en Texas. El caso se inicia cuando una de las partes entabla una petición para el divorcio. Se da entonces noticia a la contraparte de que se ha entablado un pleito, haciéndole llegar una Citación junto con una copia de la Petición de Divorcio. La Citación ordena que la parte oponente responda al pleito dentro de un período de tiempo específico. Cuando no hay mayores controversias entre las partes en cuanto a la manera en que el caso debería ser resuelto, tales como cuando no hay propiedades significativas que dividir entre las partes, o cuando no hay niños involucrados en el caso, la parte oponente a menudo puede no responder al caso. En esta situación, la parte que ha entablado el procedimiento para el divorcio puede conseguir un juicio por incumplimiento contra el partido oponente. En estas circunstancias, es también común pedir de la contraparte oponente una Renuncia de citación.

El Código de Derecho Familiar de Texas requiere para un pleito de divorcio, que pasen por lo menos 60 días entre el entablamiento de la petición y el dictamen final de la orden de divorcio. Si el cónyuge oponente no responde al pleito o ha entablado una Renuncia a su citación, el cónyuge que ha entablado el pleito puede conseguir un dictamen final de “divorcio no contestado” contra el cónyuge oponente a contar del día 61, posterior al entablamiento de la demanda de divorcio.

En los casos en que la parte oponente responde al pleito del cónyuge que ha entablado la petición, mayormente no se procede a una audiencia discutida en corte, sino que se resuelve por un acuerdo entre las partes, el cual es posteriormente presentado a la corte para ser aprobado.

El derecho familiar de Texas está bien elaborado y refleja la sabiduría acumulada por las cortes y la profesión legal al tratar los asuntos relativos a la división de propiedad, la posesión, custodia y manutención de los hijos, la mantención y las pensiones de alimentos para los cónyuges, la violencia doméstica, las órdenes de protección, la paternidad, las adopciones y otros asuntos del derecho familiar.

Los casos del derecho familiar generalmente se resuelven por un proceso en el que cada una de las partes analiza el modo en que la corte resolvería el pleito si es que este fuera resuelto en una audiencia judicial. A través de este análisis y con el consejo de sus respectivos abogados, cada parte evalúa la obtención del resultado más favorable, sea este una audiencia judicial o el alcanzar un acuerdo con la contraparte. Mayoritariamente, las partes concluyen que es mejor resolver el caso por un acuerdo entre ellos, lo que puede evitar gran parte del estrés, enfado, ansiedad y emoción que estos procesos conllevan.

Resolver un caso por acuerdo, a menudo ofrece numerosas ventajas para ambas partes. Les permite eliminar la incertidumbre en cuanto al resultado, así como también ejercer su propia discreción en diseñar la resolución del caso, minimizando así los gastos y cargos legales y los costos del pleito.